Personas que nos pueden ayudar

Profesionales de la salud mental que pueden ayudarnos

En algunos momentos de nuestra vida es necesaria una ayuda profesional que nos pueda proporcionar información fiable y orientarnos acerca de cuáles pueden ser estrategias eficaces en función de nuestras características personales. Es importante pedir ayuda para comprender qué nos está pasando y si nuestro sentimiento es consecuente con ello o por qué no lo es. En este sentido, existen dos profesionales de la salud a los que recurrir.

La psiquiatría y la psicología son disciplinas diferentes pero complementarias, cada una con su propia trayectoria formativa y campos de actuación. Los psiquiatras son médicos que, tras completar su formación en medicina, se especializan en Psiquiatría. Los psicólogos, por su parte, estudian directamente el grado en psicología. Los psiquiatras suelen atender principalmente a personas que sufren patologías psiquiátricas, mientras que los psicólogos tienen formación en aspectos psiconeurológicos, sociales y conductuales del ser humano. Esto les permite trabajar en atención clínica, recursos humanos, gabinetes de orientación y otras áreas relacionadas con el bienestar psicológico y social.

Tanto psiquiatras como psicólogos se dedican a labores asistenciales, trabajando directamente con personas que requieren apoyo en su salud mental. Además, los psicólogos suelen desempeñar un papel clave en la evaluación y orientación en centros educativos y otras instituciones, empleando herramientas de psicodiagnóstico para identificar y abordar necesidades específicas. En conjunto, estas dos disciplinas colaboran estrechamente para ofrecer una atención integral y eficaz, abordando la salud mental desde múltiples enfoques y niveles de intervención.

El papel de la orientación familiar

La Orientación familiar es un proceso de prevención y ayuda, enfocado en proporcionar información, formación y apoyo a la familia para ayudarla a cumplir sus funciones de la mejor manera posible: facilitar la convivencia, solucionar sus conflictos, impulsar la toma de decisiones y generar una dinámica positiva que estimule el desarrollo y fortalezca el bienestar y la calidad de vida de todos sus miembros en el seno familiar.

La orientación familiar es la antesala a la salud mental familiar, en el sentido que previene ayudando a los miembros de la familia a identificar signos de alarma para tratarlos a tiempo y evitar recurrir a un psicólogo y/o psiquiatra. En muchas ocasiones, también se trabaja en equipo con estos profesionales, ya que cuando un miembro de la familia tiene problemas, se resiente toda la estructura familiar.

Además de prevenir, la orientación familiar genera conductas nuevas adecuadas y equilibradas hacia el buen ser y el buen hacer, mejorando tanto la estructura familiar como la dinámica de cada uno de sus miembros: padres, esposos, hijos, hermanos y otros posibles convivientes en el mismo núcleo familiar (abuelos, tíos, primos…).

Es clave para facilitar la función educativa de los padres y contribuir a una dinámica familiar adecuada. Se basa en modelos conductuales, cognitivos y sistémicos, y sigue principios como el antropológico, el evaluativo y el de prevención.

Objetivos

El objetivo principal de la orientación familiar es potenciar un desarrollo armonioso entre todos los miembros de una familia, cultivando el desarrollo integral y personal de cada miembro. A través del estudio de la estructura, organización y dinámica familiar se analizan los vínculos familiares para determinar dónde están las dificultades.

También se analizan los intereses, capacidades, posibilidades y responsabilidades de cada uno para conseguir una satisfactoria relación afectiva y madura entre todos, logrando así una mejor calidad de vida familiar en el día a día.

A través de la orientación familiar se consigue reforzar los vínculos emocionales, de forma que el sistema familiar sea sano, eficaz y capaz de potenciar el crecimiento personal de cada uno de sus miembros.

La orientación familiar puede evitar que situaciones o conflictos poco complicados se agraven. Otro de sus objetivos es la prevención de futuras disfunciones del sistema familiar.

A través de la orientación familiar, por tanto, se pueden llevar a cabo tareas de:

  1. Asesoramiento y orientación.
  2. Potenciación de diferentes habilidades y recursos.
  3. Prevención.

La orientación familiar puede intervenir en:

  1. Viabilidad adaptativa del grupo familiar: apoyo, protección y desarrollo. Crisis del ciclo vital de la familia en la que puntualmente se necesite de un profesional para aclarar cualquier conflicto.
  2. Asesoramiento sobre educación de los hijos. Orientación a padres en distintos problemas familiares que generen conflictos y su resolución.
  3. Prevención del acoso escolar, interviniendo tanto con las familias como con las figuras escolares.
  4. Orientación en la adolescencia.
  5. Noviazgo y preparación al matrimonio.
  6. Crisis y comunicación de pareja. Separación y divorcio.

¿Cuáles son las funciones de la Orientación Familiar?

A través de la orientación o asesoramiento familiar se propone una intervención especializada que permita acompañar a la persona, matrimonio o familia que está atravesando una crisis para estabilizar y generar herramientas para recuperar sus capacidades, superar las dificultades y fortalecer los vínculos que les unen. Es decir, prevenir dificultades o resolver conflictos.

Funciones: La orientación familiar tiene una función eminentemente formativa.

A nivel informativo, favorecer una mejor comprensión del medio y de los recursos sociales a disposición de la familia.

A nivel educativo, proporcionar a los padres las herramientas necesarias para un desarrollo integral de sus funciones, pudiendo así ejercer adecuadamente su labor educativa. Explicar las fases evolutivas y los procesos del desarrollo personal por los que atravesarán sus hijos.

A nivel de asesoramiento, preparación ante las distintas etapas o situaciones por las que pasan las familias que puedan limitar su funcionamiento. Ofrece a los padres criterios que les permitan afrontar de forma asertiva o prevenir las dificultades típicas de estas etapas del ciclo vital.

También les ayuda a reconocer los roles y funciones de cada miembro de la familia y potencia patrones relacionales más saludables. El orientador familiar facilita la comunicación con los hijos para que puedan apoyarlos y transmitirles seguridad mientras crecen.

A nivel de tratamiento y solución de conflictos, superar las dinámicas disfuncionales de las familias, haciendo posible su progreso y su adaptación a las circunstancias vitales.

En estos casos, el orientador familiar media para potenciar las habilidades comunicativas y de resolución de conflictos, rompiendo dinámicas que paralizan el progreso familiar. También estimula la empatía y la capacidad de adaptación para superar situaciones como un divorcio o conflictos con familias de origen.

En todos los niveles se presta especial atención a la vulnerabilidad de los hijos.

Las funciones educativas y de asesoramiento tienen un carácter más genérico, por lo que no solo se realizan mediante sesiones personalizadas, sino también a través de conferencias, charlas, coloquios o simposios.

¿Quién es y cómo encontrar un orientador familiar?

El orientador familiar es un profesional que se encarga de guiar y ayudar a la familia a conocerse mejor, identificar sus fortalezas y ser consciente de sus debilidades, así como encontrar un equilibrio saludable que facilite la convivencia. En este contexto, aborda los problemas que puedan surgir en una familia y, por extensión, en los miembros que la componen.

Este servicio puede encontrarse a través de servicios sociales de algunas comunidades autónomas que lo ofrecen, en Centros de Orientación Familiar (COF) —un servicio de la Delegación Diocesana de Familia y Vida— y en gabinetes especializados en Orientación Familiar.

Función del orientador, profesor y tutor en los centros educativos para trabajar el bienestar emocional

Los miembros del centro educativo desarrollan una función vital en relación con la salud mental: potenciar y desarrollar el bienestar emocional por medio de acciones de orientación educativa en el día a día del centro. Esto significa que tanto el orientador como los profesores, además de sus tareas académicas, se preocupan de desarrollar los aspectos positivos de los estudiantes potenciando sus talentos y generando estrategias para afrontar dificultades en la vida. Así mismo, se detectan y previenen problemas en este ámbito.

A la hora de trabajar desde el ámbito educativo la presente obra de teatro, hay que tener en cuenta el papel que pueden desempeñar tanto el orientador del centro, como el profesor encargado de curso (PEC) y el profesor-tutor.

Funciones del orientador escolar

El artículo 1 de la Ley Orgánica 2/2006 de Educación (LOE), modificado por la Ley Orgánica 3/2020 (LOMLOE), establece, entre sus principios, la orientación educativa y profesional del alumnado, como medio necesario para el logro de una formación personalizada, que propicie una educación integral en conocimientos, destrezas y valores. Esto se basa en tres pilares: el académico, que se enfoca en el rendimiento y el éxito escolar; el profesional, que busca orientar a los estudiantes en su futuro laboral; y el personal, que se centra en el desarrollo emocional de los estudiantes.

Dentro de las distintas funciones que desempeñan los orientadores en un centro educativo, destacan las siguientes:

  • Coordinar actividades de orientación académica y profesional.
  • Participar en la prevención y detección de problemas de aprendizaje.
  • Dirigir la evaluación psicopedagógica del alumnado que la precise.
  • Participar en las adaptaciones curriculares del alumnado con necesidades de apoyo educativo.
  • Ofrecer apoyo, asesoramiento y orientación específica al alumnado de todos los niveles educativos.
  • Colaborar con el profesorado en la elaboración de proyectos para actividades diversas, tutorías y la orientación académica y profesional.
  • Asesoramiento individual y grupal, ofreciendo sesiones en las que se aborden cuestiones académicas, personales y sociales, para fomentar el bienestar integral de los estudiantes.
  • Asesoramiento familiar.
  • Evaluación y diagnóstico, realizando evaluaciones psicopedagógicas para identificar las necesidades y capacidades de los estudiantes.
  • Prevención y resolución de conflictos en el contexto educativo.
  • Apoyo a la inclusión, diseñando e implementando medidas de apoyo para estudiantes con necesidades educativas especiales.

Funciones del profesor/a encargado/a de curso

En los centros educativos, es importante apostar por la figura del Profesor/a Encargado/a de Curso (PEC). Dentro de sus funciones, destacan las siguientes:

  • Coordinar la actividad docente de los profesores de su curso.
  • Presidir la sesión de evaluación.
  • Estar atento al rendimiento académico de cada uno de los estudiantes de su curso.
  • Aportar la información necesaria a los tutores para que puedan desarrollar lo mejor posible su trabajo.
  • Responsabilizarse de la convivencia y disciplina del grupo de alumnos, fomentando un ambiente de respeto, trabajo en equipo y disciplina.
  • Dirigir reuniones periódicas con los delegados del curso, para conocer la visión del desarrollo de la clase desde la perspectiva de los estudiantes.
  • Conocer el funcionamiento del grupo-clase y establecer medidas de actuación que sean necesarias para favorecer un buen clima entre profesorado y alumnado.
  • Plantear y colaborar en el diseño del horario correspondiente al curso que coordina.
  • Posibilitar la coordinación de las actividades formativas de las asignaturas para evitar solapamiento de contenidos y generar una densidad excesiva de entregas.
  • Coordinar el proceso de evaluación de los alumnos de su grupo.
  • Facilitar la integración de los alumnos en el grupo y fomentar su participación en las actividades del centro.
  • Orientar y asesorar a los alumnos sobre sus posibilidades educativas.
  • Contribuir a crear en el grupo-clase un ambiente que permita la autoafirmación de los alumnos y la cohesión del propio grupo.

Funciones del profesor/a-tutor/a

La figura del profesor-tutor en el contexto educativo debe diferenciarse del Profesor/a Encargado/a de Curso (PEC), teniendo en cuenta que ambas son complementarias. Mientras que la labor del PEC se centra más en atender de un modo grupal las necesidades de las personas que integran una clase, el profesor-tutor focaliza su trabajo en la atención personal con cada alumno y sus familias. Sus funciones incluyen:

  • Atender a las dificultades de aprendizaje de los alumnos para adecuar el currículo de manera personalizada.
  • Encauzar los problemas e inquietudes de los alumnos.
  • Estar en contacto directo con las familias de los estudiantes, para conocer posibles circunstancias personales relevantes.
  • Informar a las familias periódicamente sobre la evolución académica de sus hijos.
  • Facilitar la cooperación educativa entre los docentes y las familias de los alumnos.
  • Fomentar en el alumno el conocimiento y la aceptación de sí mismo, así como su autoestima.